Bueno a ver les cuento, me gradué de la Universidad y comencé a trabajar de una vez, de acuerdo con la convención de la sociedad, ¡cómo lo hicieron mi papá y mi mamá antes de mí! Era lo que se esperaba y yo jamás me planteé algo distinto…así que continué en el espiral de la sociedad y arranqué mi vida laboral.
Mi primer trabajó, lo disfruté, aprendí, me enamoré de él, ¡¡pero también me perdí en el!! ¡Me abandoné en el! ¡Y no es por culpar a nadie, fue la decisión que en el momento tomé! No tenía pareja, vivía sola con mi mamá y pues para mí tenía todo el sentido del mundo en abocarme a aprender y a desarrollar mi carrera. Aprendí del mejor en el área, no escatimó en enseñarme todo lo que él sabía y lo que estaba aprendiendo. Me acuerdo decirle, que por favor dejara de aprender que me costaba llevarle el ritmo. Como valoro esos días con él y como me dolió dejar esa experiencia atrás cuando decidí cambiar de rumbo.
Me entregué tanto a mi carrera que cuando empecé a salir con mi hoy esposo comencé a tener conflictos entre mi vida laboral y personal que ahora si tenía…en ese momento me di cuenta y aprendí que ya no quería seguir viviendo así…que mi primera decisión iba a cambiar. No fue fácil, fue doloroso…lloré cada vez que salí tarde y le tuve que decir a Luis que no nos veíamos porque en verdad quería era estar con él. Y descubrí que no sabía poner límites entre mi tiempo de trabajo y tiempo personal.
En los cinco años que estuve en ese trabajo, no hice ningún curso de algo que me gustara, no exploré un hobby nuevo, no hice deporte, no hacía nada fijo por mí y para mí, más allá de volverme experta en lo que hago y una excelente profesional…así que no estuvo del todo mal.
Mi primer trabajo me enseñó todo lo que me ha abierto las puertas en mi vida laboral y mi carrera profesional, inclusive en la migración. Las habilidades adquiridas y la tenacidad puesta en práctica me llevaron a emplearme en menos de un mes de haber llegado a mi nuevo país y a mi nueva vida. ¡Ya de Sra. casada!
Ahora, si esperan que les diga que me di cuenta de que no quería seguir viviendo para el trabajo y lo cambié…¡¡Se equivocan!!
En mi nuevo trabajo y en mi nueva vida volví a dejarme envolver por la espiral laboral y los precios que pagué fueron caros, en algún momento hasta temí por mi salud mental, en mi familia hay historia así que soy bastante sensible al tema.
Mi esposo, ya preocupado, me dejó que yo no estaba disfrutando nada, ni siquiera estar un día en la playa, me veía ausente y estresada pensando cosas pendientes que no había resuelto, que me faltaban por lograr, metas por alcanzar, correos por responder, cuentas por cobrar, facturar, etc, etc, etc.
La observación de mi esposo fue un llamado a la realidad porque lo que pensé fue que para el no era vida tener una esposa asiiiiiiii…cuántas andamos por la vida ensimismada en “nuestros problemas”, pensando en el trabajo, en los platos sucios, en la ropa que tengo que lavar, en lo que planeamos cocinar, etc, etc, etc, y completamente ausentes de nuestro alrededor, esposo, hijos, padres, hermanos. Pues así viví yo por mucho tiempo, más del que yo hubiese querido.
Decidí buscar ayuda y en mi primera consulta con la psicóloga (la única…jejejeje) me dijo que mi único problema era que estaba muy estresada. ¡MAS NADA…estresada! ¡Y literalmente me dijo que me fuera a correr y viera como todo se me pasaba!
Pues aprendí a relacionarme con el stress…la enfermedad del siglo XXI y a entender como lo puedo combatir. Ha sido un camino de aprendizaje y de cambios importantes incorporando hábitos saludables.
¿¿¿Alguna de ustedes se ha sentido así??? ¿O soy la única loca que anda por el mundo ahogándose en un vaso de agua?
¡Las quiero leer! ¿Cómo se enfrentan ustedes al stress? ¿Qué hacen? ¿Cómo lo combaten? ¿¿¿O no saben qué hacer??? ¿O son mujeres de revista sin stress 😊?
En la próxima les cuento lo que comencé a hacer, lo que me funcionó o no. Si les adelanto que una de las cosas que tuve que aprender fue a pensar en mí y en mi ¡bienestar!
¡Así comienza el camino a ser Felizmente Imperfecta!
¡Las leo!
6 comentarios
Yo también puedo decir que me entregué en cuerpo y alma al trabajo cuando era joven e “inmortal” (inmortal porque comía mal, hacía ejercicio de manera intermitente, no dormía lo suficiente, etc. Sin embargo estaba Mega-Flaca). En mis años de “workaholic” sufría de constantes migrañas y tomaba pastillas de manera preventiva cuando, según yo, me iba a dar una migraña fuerte… eso ahora es pasado, y creo que lo he superado con una buena alimentación y con ejercicio constante. Mis nuevas pastillas anti-stress se llaman “pilates” y “yoga”.
Tina!
En el próximo post te cuento mis pastillas pero te adelanto que se parecen a las tuyas 🙂
Un abrazo
Hola, me sentí reflejada en cada línea, solo que a mis 42 años como que me quedé pegada en el seguir viviendo así y parece que me acostumbré a ello, sintiendo vacíos de vez en cuando, pero luego se me pasa y continúo en el viviendo así. Me falta dar ese paso previo a encontrar la píldora
Hola! mil gracias por tu comentario.
Primero, creo que la edad no importa…es un número!!
Te invito a que te despegues de ese estilo de vida!
Solo tu tienes el poder de cambiarla, dejar de sobrevivir y vivirlaaaaa!
Te lo digo porque así lo viví yo! Los cambios los hice y los sigo haciendo yo.
Vamos!! Me encantaría continuar leyéndote y ver cómo vas!
En mi próximo post voy a compartir los cambios y hábitos que he incorporado.
Espero te gusten y alguno pongas en práctica!!.
Un abrazo
Hola… no estoy casada, pero muchas veces veo reflejado el strees en mi hija… los tiempos q literalmente deben ser de ella a la finales termino dandolo en mi trsbajo y muchas veces sin meritos.. por q pasa muchas veces q aunq des tu 100% no t lo reconocen y despues piensas.. y entregue este espacio llamado felicidad q es de mi hija x nada pero como digo… Dios me hizo hermosa pero no millorania asi w toca … jajaja es cuestion de adaptarnos y organizarnos… mi manera de desestresarme es estar en paz en mi hsbitación (templo sagrado) y conversar con mi hija sus cosas de niña me hacen pensar q todo mañana estara mejor y como varita magica vuelvo a empezar!
Hola Laly!
Jajaja no hace falta estar casada! Eso solo nos agrega un bola más en el aire!
Pero como tu dices, es solo cuestión de organizarnos y de tomarnos tiempo para nosotras.
Es importante que como madres estemos sanas, física, mental y emocionalmente para nuestros hijos y que tengamos la capacidad de saber dejar en la oficina los problemas de la oficina.
Gracias por compartir tus maneras de bajarle a los niveles de estrés!
A disfrutar de tu hija y tu templo sagrado.
Un abrazo!